La oración: la herramienta mística más poderosa que tienes en tu corazón.

La oración va más allá de la religión:

Si bien la oración es más conocida gracias a las religiones, lo cierto es que en general es una práctica poco comprendida, y pobremente practicada.
En algunos casos se ha convertido en una práctica carente de trascendencia, muy superficial. En otros las personas sienten rechazo por ella, a causa de que la oración se ha aprendido bien como castigo o penitencia, o bien de manera poco acertada, convirtiéndola en una práctica externa, o demasiado relacionada con dogmas y parámetros religiosos.
Por lo general orar se convierte entonces en una recitación mecánica de palabras al aire repetidas hasta la saciedad, pidiendo ayuda para cumplir deseos humanos. O también una práctica tediosa y repetitiva de repetición de palabras y frases sin sentimiento alguno.
Pero orar es mucho más que eso.

La oración es algo sencillo y profundo. Es sobre todo un dialogo con tu corazón, y a través de el, con Dios, con tu parte divina. Va más allá de tópicos religiosos.


¿Qué es realmente la oración?


Puede ser una práctica mística y religiosa, realizada por personas que dedican su vida a ello. Todo es necesario y tiene su lugar.
Pero si buscamos su sentido sencillo y accesible para personas que desean aprender una herramienta para pedir ayuda espiritual, podemos entenderla de manera más abierta, y así poder usar la oración para nuestro crecimiento interno. Donde uno ore “en el templo de su corazón”, sin tener que acudir a ningún lugar ni recitar más palabras que las que salen de su pecho.
Y sobre todo si buscamos que esa oración llegue donde queremos hacerla llegar: a lo más alto, donde la ayuda que solicitamos pueda ser escuchada, y podamos hallar refugio ante la adversidad.
Orar no es una practica exclusiva de las religiones ni de experiencias místicas o ascéticas.

Orar es algo muy sencillo y humano. No es necesario ser un santo ni un místico. Solo abrir tu corazón.


Realmente es algo muy sencillo y muy humano. Es un deseo puro de elevar nuestro ser hacia su origen, su naturaleza divina o espiritual. De donde obtendremos la fuerza, luz y cualidades que necesitamos “aquí abajo” ,en la materia.

Es decir, pedir “ayuda”. Esta ayuda por supuesto puede llegar a fuerzas espirituales que nos la proporcionen, pero es sobre todo una comunicación con la energía creadora del universo, lo que en las religiones llaman “Dios”, y de la cual somos parte.
Para cada persona este Dios, es algo diferente. Es como dicen los rosacruces, “el Dios de tu corazón y de tu comprensión”, es decir, lo que cada uno entiende y siente por Dios, sea cual sea este. Sea lo que sea lo que cada uno crea. No es necesario que sea el Dios de ninguna religión en particular.

En todos los grupos humanos de la tierra existe o ha existido una práctica de comunión con la naturaleza, de petición divina, de diálogo interno con lo divino. De saber que hay algo a lo que pertenecemos, nos auna y nos sustenta. No importa como se le llame: Dios, Ra, Buda,Mahoma,universo, conciencia cósmica o como sea. El ser humano siempre ha dirigido su corazón y su ser hacia la trascendencia, independientemente de como entienda o sienta esta. Un Dios, la naturaleza, el universo. Todo es al final lo mismo.

MEDITACION Y EQUILIBRIO

Pedirnos ayuda “a nosotros mismos”:

Por tanto es también una petición de ayuda a “nosotros mismos”.
Nuestra naturaleza más elevada está en conexión con Dios, con el principio creador, no es algo separado de el. Por tanto orar a Dios es orar a nuestra parte divina que pertenece a el. Aline Charest en su libro “La oración del corazón” define la oración como “un dialogo con Dios” a través del corazón:

“Nos hace falta volver a descubrir la fuente que nos reconecta con nuestra dimensión espiritual. Vivimos en un mundo materialista, en el cual la dimensión espiritual no es convenientemente alimentada, hasta el punto de producir lo que un médico definió como “un síndrome de carencia espiritual”, que se refleja muchas veces en malestares vagos, depresión,y el sentimiento de una existencia vacia y carente de sentido.”

“LA ORACIÓN DEL CORAZÓN” ALINE CHAREST.


La oración como camino hacia nuestro ser superior:


Orar puede ser un camino de reconectar con lo que nos han dicho que no existe, y que es en realidad lo que eres más allá de tu cuerpo.
Como dirían algunos maestros: No somos cuerpos viviendo una experiencia espiritual, sino seres espirituales viviendo en cuerpos. La oración es un llamado, normalmente en circunstancias adversas, a la ayuda de nuestra sabiduria más elevada, de lo que intuimos puede ayudarnos: nuestro ser superior, el origen de lo que somos “aquí abajo”.
Muchas personas sin saberlo, cuando rezan u oran en realidad están haciendo eso. Pedirse ayuda a si mismos, a la parte de ellos más sabia en comunión con Dios, el creador, el infinito, o como cada uno desee llamarlo.

La oración es dialogo con Dios.
La oración es un dialogo íntimo con nuestra parte divina, que pertenece al infinito (creador, Dios).


¿Cómo podemos orar?

Orar es conectar con lo que eres:

Aléjate de tópicos si deseas orar efectivamente. Vacia todo lo que crees sobre orar y aprende un nuevo camino.
Orar es algo muy íntimo, es un diálogo contigo mismo y con Dios. Es tu conversación con el, que vive en tu parte más elevada, esa que sueles olvidar que existe y que está deseando que la conozcas.
Por tanto orar es también conectar con esta conciencia más allá del “personaje” de tu vida, el abogado, el arquitecto, Juan, Pedro o María, y sus circunstancias vitales. Es ponerte en manos de tu parte más sabia, tu luz más excelsa, para que te guíe y si, también te ayude cuando lo necesites.

 

“Ore en la iglesia de su corazón. 

Todo el mundo debería hacer de su corazón un refugio sagrado, retirarse en él, ver que esté limpio y purificado.”

STYLIANOS ATTESHLIS (DASKALOS)

Pedir ayuda:

Esa personalidad presente necesita ayuda, necesita saber quien es. Necesita resolver los problemas que son parte de su destino como ser humano. Así que aunque el proceso hasta llegar a sentir quien eres puede ser largo, en el camino podemos “pedir ayuda”, y pedir esta ayuda es la oración. Cuando uno ora en un principio desea ser ayudado, desea cambiar.
Sin saberlo desea conocer esta parte suya que puede ayudarle, y puede confortarle, darle esperanza en momentos dificiles de su encarnación en la tierra. Es bueno que pidas ayuda porque la ayuda te llegará. La fé en esa ayuda y la convicción es importante. Esa misma fe es la que usas para seguir adelante en la vida cuando las circunstancias son difíciles. Es tu esperanza de mejorar, de trascender y progresar. De entregarte a una sabiduría que va más allá de tus limitaciones materiales.

“Pide y se te dará.

Busca y encontrarás.

Llama, y ​​se te abrirá.”

(Mateo 7.7)

MEDITACION Y EQUILIBRIO

Angeles y ayuda:

La oración es un método también de conectar con seres elevados que están deseando ayudarnos, pero que no pueden hacerlo sino lo pedimos correctamente. Los ángeles, existen en todas las tradiciones espirituales del mundo, y son el siguiente paso evolutivo en nuestro camino humano. También son seres que pueden ayudarnos mucho en nuestro camino. Pocas personas saben esto, y menos aún,-por estar inmersos en el materialismo imperante-, tienen fé en que esta ayuda exista. Pero existe. Y puedes experimentarla. Solo reconocer en ti la apertura a esta posibilidad ya te pondrá en camino y sintonía al cambio. No necesitas “creer” en nada. Tan solo probar la oración y aprender su técnica para comprobar sus efectos en ti mismo. Y si lo pruebas te aseguro que obtendrás respuesta y señales que te lo confirmen. Pero como todo, esto depende de ti. Todo requiere práctica y voluntad. La comunicación con los angeles está siempre presente en las oraciones, sobre todo con tu angel guardián. Pero ellos solo pueden ayudarte si lo deseas de corazón, porque deben respetar tu libre albedrío.

Tu angel guardián puede ayudarte si lo pides con el corazón, también ayudarte a conectar con lo más elevado de ti mismo.

La técnica de orar:

Como decía el genial buscador espiritual y maestro, Samuel Sagan:

“Orar sin verdadera conexión es como hacer una llamada telefónica sin haber marcado el número.”

SAMUEL SAGAN.

Esto quiere decir que orar tiene una técnica. Esta va más allá de la recitación incesante de palabras mentalmente sin conexión espiritual alguna.De la cháchara incesante que tiene poco o ningún efecto. Hace falta “sentir” estas palabras y conectarlas a nuestra parte más trascendente para que “lleguen” a su destino y sean escuchadas.
También es importante entender que la oración no es una petición en la cual nuestra voluntad no esté incluida. A modo de simil, si esperas que “te toque la loteria” debes de comprar el décimo. Por tanto “te ayudan si te ayudas”. Si deseas algo para tu vida, es importante que en esta estes también trabajando por y para ello. Es una ley universal que la oración solo funciona si la voluntad humana está también presente. Esto es que no puedes pedir ayuda si no estas también realizando acciones en tu vida encaminadas a facilitar que esta llegue.

La oración es apertura total de tu corazón.
Si abres tu ser y tus brazos cuando oras, el efecto en tu energía es muy poderoso y sanador.


Algunos requisitos para orar:

  • Un lugar tranquilo, en soledad donde poder retirarnos y establecer esta comunicación trascendente. Puede ser tu habitación, un templo de cualquier religión si eres creyente, un lugar en la naturaleza, etc.
  • Una preparación interna, una actitud humilde con deseo de conexión con tu parte mas elevada y con su creador.
  • Puede ayudarte una postura corporal de recogimiento, no es necesario postrarse, aunque puede ayudar a entrar en un estado de conciencia devocional, de apertura y humildad.
  • Cuando te encuentres preparado, cerrar los ojos y sentir en tu corazón un verdadero y genuino sentimiento de buscar ayuda, de entrega a lo divino. Una actitud de apertura hacia tu parte mas trascendente, espiritual.
  • Abre tu corazón con devoción hacia aquello que deseas, y ponlo en manos de lo más alto.
  • La oración puede ser una petición, un agradecimiento o una confesión, o todas las cosas.
  • Podemos expresarla con palabras, o mentalmente. No es necesario que sean oraciones formales de una religión. Aunque las oraciones clásicas como “el padre nuestro”, u otras de otras religiones o tradiciones tienen muchisimo poder y luz si son recitadas desde el corazón. Puedes crear tu propia oración si lo deseas, con tus propias palabras y repetirla siempre que lo necesites.
    Lo importante, de cualquier forma, es decir palabras que uno sienta llenas de intención y deseo de corazón hacia aquello que se solicita, confiesa o agradece (las 3 cosas son importantes en la oración).
  • Tu postura corporal debe ser cómoda, y abierta. Ayuda si lo deseas el abrir tus brazos con las palmas hacia arriba, como símbolo de apertura hacia lo alto, humildad y apertura corporal en el corazón.
  • La oración no se trata de pedir “ese coche ” que tanto te gusta. No es frivolidad. Es pedir ayuda real y gracia divina, acerca de eventos o pruebas en tu vida, y por tanto las cosas banales deberían estar excluidas de esta.

Para finalizar te propongo una oración guiada corta, que te ayudará a aprender a orar de manera adecuada.
Puedes descargarla aquí.

Bibliografía:

Te dejo aquí unas referencias interesantes sobre el tema de la oración y como orar.

“La oración del corazón” Aline Charest.
“The inner way: the power of prayer and beliefs in spiritual practice” Mark Stavish.
“¿Qué es la oración?”. Extracto de conferencia de Stylianos Atteshlis “Daskalos”.

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